Matetanos cantemos gozosos
las glorias del pueblo, que son nuestro honor
y como hijos asaz generosos
le hagamos ofrenda del más grato amor.
Nuestro santo lema
sea repetir:
¡Viva, viva Matet, que es mi pueblo,
donde yo he nacido
y quiero morir!
Tu fe recia, constante y bravía
del cielo te trajo favor sin igual.
Y el saber y el trabajo aporfía
fueron de tu vida supremo ideal.
Ellos son tu gloriosa corona,
tu mayor elogio, tu mayor blasón.
Porque en ellos la fama pregonen
tu nombre bendito que es una oración.